Una propuesta de viñeta clínica sobre la infancia de Jim Graham, estudio de caso ficcional.

Les comparto el texto de la ponencia que escribimos la Profesora Mary Natalia Ortegón y yo para el VIII Congreso de análisis textual Trama y Fondo, Infancia y violencia: escenas de un drama. Este congreso se realizó en la Universidad Nacional de Colombia del 23 al 25 de noviembre de 2016.

Pueden ver la versión oficial de nuestra ponencia en este link http://www.tramayfondo.com/actividades/viii-congreso/comunicaciones/com15_8congreso_infancia-y-violencia.pdf

Pueden ver las memorias completas del congreso en este link:

http://www.tramayfondo.com/8-congreso_tyf-actas.html

 

Una propuesta de viñeta clínica sobre la infancia de Jim Graham, estudio de caso ficcional.

Metáfora.

Una vez concluida la creación de “todo lo demás”, Izanami da a luz al dios del fuego, Kagutsuchi no kami, que le quema los genitales y la hace enfermar. De sus vómitos surgen dos divinidades (el Dios y la diosa de las montañas de minerales), así como de sus excrementos (el Dios y la diosa del barro o de la arcilla) y de su orina (la “Diosa del agua” y la “Fuerza activa divina y joven de la Procreación”). Izanami abandona entonces el mundo “de forma divina” e Izanagi llora su muerte; de sus lágrimas surge una nueva divinidad, Nakisawame no kami (“Diosa del llanto”), luego decapita a Kagutsuchi y de la sangre salpicada de su espada surgen ocho dioses, mientras que de sus miembros cercenados surgen otros ocho dioses más.

La creación del mundo japonés representaciones mitológicas y literarias en Kojiki

Autores: Dra. Cora Requena Hidalgo

Espéculo: Revista de Estudios Literarios, ISSN-e 1139-3637, Nº. 37, 2007

 

La viñeta de caso clínico es una herramienta metodológica que permite la organización, comprensión, reflexión y autorreferencia para atender posteriormente un caso particular. Generalmente es usada por psicoterapeutas alrededor del mundo para lograr un mayor impacto en la intervención psicológica. Permite al terapeuta poner en conocimiento de pares y otros profesionales de las ciencias humanas un caso particular con el objetivo de recibir retroalimentación sobre el proceso psicoterapéutico. A medida que el terapeuta se relaciona con el paciente y se familiariza con el caso, va generando vínculos que complejizan el análisis de las narrativas que se están expresando. La polifonía de ideas resultante permite al psicólogo orientar con mayor precisión la intervención que está realizando con el paciente. Metodológicamente, la viñeta de caso, se compone por una exposición escrita que generalmente se encuentra dividida en apartados que exponen los aspectos más importantes del caso particular que se está tratando. No tiene una estructura unificada y cada escuela y terapeuta desarrolla sus propios modelos para este fin. Generalmente inicia describiendo el problema general, las ideas que el paciente tiene sobre su situación y una primera hipótesis planteada por el terapeuta; finaliza con una propuesta interventiva.

El paciente del cual planeamos presentar esta viñeta a la mesa, es el personaje principal del libro “El imperio del Sol” del autor inglés James Graham Ballard. Este conmovedor libro, escrito en 1987, está protagonizado por un niño muy especial, un niño quimérico. Aplicamos este adjetivo puesto que el personaje que fluye de la pluma de Ballard fue construido a partir de todos los niños que el autor conoció durante el tiempo en el que él mismo y su familia, estuvieron retenidos en el campo de prisioneros de Lunghua (Lunghua Civilian Assembly Center). Esta pequeña quimera se conforma a partir de los ojos de un Ballard  preadolescente y los espíritus de cientos de niños que él mismo conoció durante la II guerra mundial. Jim, el protagonista, es producto de la crítica mirada de un adulto a los procesos de desarrollo infantiles en contextos bélicos. Este caso resulta interesante por varios aspectos relevantes a nuestra investigación, principalmente porque Jim demuestra un alto grado de resiliencia frente a su cambio repentino de contexto y en las situaciones comunicativas descritas en el libro podemos apreciar como el personaje se inclina a resoluciones simbólicas generativas.

Para poder desarrollar la viñeta de caso de un personaje ficcional nos hemos embarcado en un proceso de investigación-creación, donde damos continuidad en el tiempo a la obra literaria de Ballard. El proceso cuyo resultado venimos a presentar hoy se compone, en parte por el análisis psicológico con enfoque sistémico del personaje descrito en el libro, y en parte ejercicio literario inspirado en todo lo que puede ser considerado ballardiano. Igual que la novela original podrán encontrar que en nuestro trabajo es prácticamente imposible determinar donde comienza la realidad y donde la ficción.

Antes de comenzar la viñeta de caso como tal, es importante aclarar que para su realización asumimos que lo narrado en el libro “El imperio del sol” corresponde a lo que el paciente Jim Graham nos relató en el transcurso de siete sesiones de terapia realizadas en abril de 1947 en la ciudad de Cambridge, Inglaterra.

El paciente nos contó su historia desde diciembre de 1941, cuando Estados Unidos aún no había entrado en la II Guerra Mundial y él vivía con sus padres en un lujoso suburbio de Shanghái. Su narración comienza con la descripción de su vida anterior y las señales que anunciaban la llegada del inevitable conflicto a Shanghái. Posterior al ataque de Pearl Harbor, fuerzas armadas japonesas ocupan la ciudad y en todo el caos del conflicto armado Jim es separado de sus padres. Pasa más o menos cuatro meses en las lujosas casas abandonadas donde los europeos, en la premura del escape, abandonaron alimentos enlatados y no perecederos. Cuando comienzan a escasear los alimentos el joven decide comenzar a vagabundear por la ciudad con la intención de rendirse al ejército japonés. En medio de estos vagabundeos conoce a Basie, un marino americano que se encuentra en una situación similar y quien en el transcurso de los años se convertirá en una figura paterna para el joven. Finalmente, y después de un arduo periplo por las provincias de Shanghái, es internado en el campo de prisioneros de Lunghua. En este lugar va a conocer a otras figuras importantes en su formación como el Doctor Ransome y el señor Maxted, quienes, en compañía de Basie van a conformar una familia temporal para el muchacho. Mientras los japoneses pueden controlar el suministro de alimentos la vida en el centro de detención es tranquila, sin embargo hacia el final de la guerra, la comida comienza a escasear. Jim apenas sobrevive a la falta de alimentos y su condición de salud en este tiempo fue muy delicada. Finalmente los prisioneros del campo son obligados a marchar hasta Nantao, un largo viaje en el que muchos mueren a causa del hambre y el cansancio. Gracias a la suerte y la fuerza propia del personaje, Jim sobrevive hasta el momento en que el ejército norteamericano comienza a arrojar comida en paracaídas sobre la región. Finalmente es encontrado por sus padres quienes deciden que es mejor llevarlo a vivir en Inglaterra. La narración finaliza cuando sube al barco dejando a Shanghái para siempre.

Vamos a comenzar por establecer que, para realizar esta investigación/intervención, es necesario transportarnos en el tiempo a 1946. Por esta época el joven Jim Graham se aproximó a nosotros, en nuestro consultorio particular en la ciudad de Cambridge. Posteriormente a la realización de siete sesiones donde el paciente ha descrito en detalle sus experiencias durante la guerra y nos ha expuesto sus preocupaciones respecto a su presente y su futuro, procedemos a realizar la siguiente viñeta que presentamos a esta mesa.

Presentación de la Viñeta de caso: El kamikaze inglés.

Identificación del sistema consultante

Nombre del consultante: Jim Graham

Fecha de Presentación del caso: (Abril 18 de 1947)

Profesionales que presentan el caso: Daniel Monje y Natalia Ortegón

Descripción general del caso

Nombre del caso: El kamikaze inglés.

Motivo de Consulta:

En meses pasados el consultante, Jim Graham, manifestó sentirse incómodo frente a su nueva situación. Después de todas las situaciones complejas que tuvo que vivir durante la guerra siente que en tiempos de paz la vida ofrece muy pocos retos. Citando al paciente “Doctores, no sé cómo vivir en este nuevo mundo. Todo me parece tan fácil, mis padres y sirvientes siempre están mirando y no me permiten hacer nada. Mamá siempre quiere estar conmigo y no sé qué decirle, siempre está preocupada, siempre me hace preguntas que no sé cómo responder. Estoy muy aburrido, solamente la escuela me entretiene… Doctores, me hace falta la emoción de la guerra, no me encuentro”

Genograma:

Jim Graham actualmente tiene 15 años y vive con su madre en Cambridge, Inglaterra. Aunque ella ha intentado ser cariñosa con él la relación es distante. Es descrita por el paciente como una mujer “suave e inteligente, cuyas finalidades principales en la vida son asistir a fiestas y ayudarle en las lecciones de latín.” Antes de la guerra la relación era mucho más cercana, Jim recuerda siempre estar cerca de ella e inclusive recuerda que cuando ella salía de casa “pasaba muchas horas agradables en el dormitorio materno, mezclando todos los perfumes y hojeando ociosamente los álbumes de fotografías de antes que ella se casase, fotogramas de una película encantada en que ella desempeñaba el papel de hermana mayor” (p.8), la separación de cuatro años y las experiencias traumáticas vividas producen un distanciamiento que el paciente identifica afirmando durante la primera consulta que: en el tiempo que llevan reunidos después de la guerra sus padres “A pesar del afecto que le tienen, parecen envejecidos y remotos” (p.317). Teniendo en cuenta que fue justamente el recuerdo de sus padres y la esperanza de reencontrarse con ellos una de las principales fuerzas motivadoras de las experiencias resilientes del paciente durante su estancia en el centro de concentración, resulta extraño para el paciente las dificultades que está encontrando en reconectarse con ellos. A esta situación se suma que Jim no sabe cómo asumir el rol de hijo frente a una figura femenina debido a que durante el tiempo de la guerra estuvo mayoritariamente relacionado con figuras masculinas. Lastimosamente, después de la guerra el padre de Jim ha permanecido en Asia para procurar el mantenimiento económico de la familia.

Antes de la guerra la relación con su padre, a pesar de encontrarse construida a partir de la obediencia y el respeto, era también cercana. Solían realizar cotidianamente actividades juntos, entre las que destaca la realización de modelos de aviones en madera y otros materiales. Recuerda Jim que su padre, antes de la guerra, aprovechaba el pasatiempo del aeromodelismo para acercarse a él y enseñarle muchas cosas. En palabras del paciente las lecciones de sus padres durante estas sesiones incluían “toda clase de informaciones curiosas, sobre la química de las tinturas modernas, sobre el plan de asistencia social para los obreros chinos de la hilandería, sobre la escuela y la universidad de Inglaterra a que asistirá después de la guerra, donde, si quería, podría estudiar medicina.” (p. 9)

Hoy en día Jim comprende los esfuerzos que sus padres realizaron y percibe que le aportaron herramientas vitales para enfrentar la guerra. Durante todas las sesiones Jim ha sido muy claro respecto a la importancia que el amor por los aviones tuvo en su voluntad de supervivencia durante la guerra. Este amor se cultivó en la relación con su padre y permitió a Jim establecer procesos generativos frente a su condición de víctima de un conflicto armado. Inclusive nos atrevemos a afirmar que este amor ha sido tan significativo en la vida del paciente que actualmente continúa vigente en la construcción de futuros posibles. Jim ha manifestado en diversas ocasiones que aún tiene la intención de convertirse en piloto de la Real Fuerza Aérea Británica.

Como parte de la realización del genograma del paciente preguntamos por las relaciones que construyó durante la guerra. Le pedimos que nos hablara de las relaciones que considerase más importantes durante esta etapa de su vida. Incluimos tres relaciones en esta presentación pues consideramos que, aunque actualmente el paciente no mantiene contacto con estas personas, continúan siendo de importancia para él.

Basie

El paciente entabló amistad desde el principio de la guerra con un camarero norteamericano que se hace llamar Basie. A través de los testimonios del paciente podemos ver que este se convirtió en una figura parental bastante peculiar que en ocasiones protege al muchacho y en otras saca provecho de él. Es claro que el americano lo cuidaba y le enseñaba habilidades de supervivencia útiles en el contexto en el que se encontraban, en pago Jim hacía diligencias y conseguía baratijas. Sin embargo, en ocasiones, durante los momentos más oscuros de la guerra, Jim sintió que Basie gustoso lo hubiese cambiado por comida o dinero. Durante todo el tiempo que se conocieron Jim trató de probar al americano que podía ser de mayor valor como un aliado o un servidor, que lo que pudiese conseguir comercializándolo. A pesar de la naturaleza económica de los fundamentos de la relación, es importante recalcar que Basie es el referente parental más permanente durante los años de guerra. Hemos observado que su relación tiende a ser fusionada conflictiva. Algunas corrientes de la psicología reconocen este tipo de relación como aquella que existe entre dos personas que comparten tiempo juntos, durante el cual se han construido fuertes interdependencias, y que sin embargo mantienen discusiones o desconfianzas que forman parte intrínseca de la forma de relacionarse. Esta relación enseñó a Jim una manera diferente de ser hijo, teniendo como referente aquella que había construido con su padre biológico. Se trata de una forma de ser hijo en la guerra, donde necesita protección y afecto, pero no puede dar por seguros estos. Le es necesario insertarse en una relación donde él también es de utilidad al otro y se ve obligado a comprender anticipadamente la reciprocidad en el afecto y cuidado con las figuras parentales.

Dr. Ransome

Jim, tenía otra figura parental durante el tiempo que permaneció en el campo de refugiados, se trataba del Doctor Ransome. Un médico inglés que aparece en su vida al momento de ingresar al campo de concentración y que constantemente se convierte en una figura importante en los relatos que Jim hace de su estancia en Lunghua. El Dr. Ransome, además de cuidar la salud del muchacho también se encargó de mantenerlo ocupado y adelantar, en la medida de lo posible su educación. Jim entendió que para el doctor asumir el rol de protector le daba sentido de vida durante la guerra. En palabras del muchacho “las tareas escolares ayudaban al doctor Ransome a mantener la ilusión de que incluso en el campo de Lunghua subsistían los valores de una Inglaterra desaparecida”. (p. 166) De cierta forma Jim parece entender que estudiando y cumpliendo las expectativas del Dr. Ransome le ayudaba a sobrevivir a un amigo. En palabras de Jim “Había aprendido que tener alguien a quien cuidar era lo mismo que ser cuidado por alguien”. (p.240)

Sr. Maxted

Finalmente este triángulo parental es completado por el señor Patrick Maxted, un antiguo amigo de sus padres a quien Jim conocía antes de la guerra. Pasó de ser un dandi a prisionero de guerra. Para el muchacho el vínculo con Maxted incidió en su construcción identitaria como inglés. En verse a sí mismo reflejado en este hombre se dio el reconocimiento que Jim tiene de otras culturas con otros valores. Esto es especialmente notorio en las opiniones que tiene de los japoneses. Contrario al resto de la población inglesa contemporánea él admira profundamente a este pueblo. Habla con palabras grandilocuentes de la bravura, el estoicismo y esa sensación de tristeza nata que se puede adivinar en sus rostros. Esta es una tristeza que toca una cuerda rara en Jim, quien piensa que él mismo nunca está triste. Entre todos los japoneses son los kamikazes, aquellos que mayor influencia han ejercido en esta identificación con la cultura japonesa. Durante el tiempo de guerra el campo de concentración se encontraba aledaño a una pista de aterrizaje de aviones de combate de donde generalmente partían jóvenes de casi la edad de Jim en misiones kamikaze. En sus historias siempre retorna a la despojada ceremonia que se celebraba a un lado de la pista antes de volar hacia su muerte. Jim se identificaba con los pilotos kamikaze, los admiraba. En uno de los momentos más desesperados de la guerra, como mecanismo de supervivencia Jim se imaginó ante los mandos de un caza, cayendo a tierra cuando el avión estallaba, “renaciendo como uno de los pilotos kamikaze de aspecto infantil que daban vivas al emperador ante de lanzar sus cazas contra los portaaviones americanos” (p. 177).

Etapa del ciclo vital:

Todos los terapeutas deben conformar un marco de referencia para analizar al paciente y las relaciones que este tiene con el mundo. Una de las contextualizaciones fundamentales proviene de identificar la etapa del ciclo vital en la que se encuentra. En su libro El desarrollo humano, Juan Delval describe los cambios profundos que tienen las conductas de los jóvenes en esta etapa, cambios que “son tanto físicos, como psicológicos y sociales.” (2004, p.531) Además de una aceleración en el crecimiento y los cambios físicos propios de la madurez física, desde el punto de vista psicológico se presenta “una manera diferente de afrontar los problemas y de entender la realidad y la vida, que va unida a capacidades intelectuales muy superiores o a un gusto por lo abstracto y el pensamiento.” (p.531) Este es también el momento en el que las relaciones con el grupo social de los cambia y el individuo comienza a buscarse un lugar propio en la sociedad.

En el caso de Jim muchos de sus procesos educativos y familiares se vieron interrumpidos por el conflicto. No obstante podemos apreciar que la guerra no significó el fin de la infancia sino una transformación de esta. Estamos acostumbrados a pensar que los desarrollos del niño se dan de forma natural gracias a la genética y la influencia del ambiente, olvidando muchas veces que estos dependen de una participación activa que tiene cada individuo en estos procesos. Para Delval, desde el principio de nuestras vidas una multitud inconmensurable de caminos se abren ante nosotros, y sin importar la corta edad es el niño quien tiene que elegir y en ocasiones construir su ruta. Para el filósofo estas elecciones son las que nos forman y es tanto responsabilidad del entorno como del mismo individuo las elecciones que crean nuestro recorrido por la vida. No podemos olvidar que para cada individuo son “muchas las influencias, a menudo contradictorias, a las que estará expuesto y entre todas ellas tiene que elegir y construir su propio futuro.” (2004, p. 20) En el caso particular de Jim encontramos que a pesar de haber perdido a sus padres, su hogar y todas las instituciones que le daban sentido a su existencia, implicó que él encontrará una nueva forma de relacionarse desde el servicio y la proactividad. Esto le permitió formar vínculos que reemplazaron a los que debería haber sostenido con sus progenitores.

Lectura sistémica del caso

Este es tal vez el apartado más importante de la presentación que hoy hacemos, pues desde la comprensión sistémica de la comunicación humana establecemos los aspectos conclusivos del caso. En las obras de autores fundacionales de la terapia sistémica, como Paul Watzlawick, introducir los procesos de comunicación humana permite generar un mapa completo de las relaciones del paciente con su ambiente y con el terapeuta mismo. Para lograr esto es necesario asumir procesos transdisciplinarios que nos permitan actuar como seres complejos que actúan sobre un mundo complejo. En palabras de Frank Honywill George “En muchos sentidos es válido afirmar que la sintáctica es lógica matemática, que la semántica es filosofía o filosofía de la ciencia y que la pragmática es psicología, pero estos campos no son en realidad completamente distintos.” (1973, p.38) Desde esta perspectiva, en nuestra lectura del presente caso, nos interesa analizar en los relatos del joven Graham las relaciones de los sujetos entre lo que dicen y lo que hacen. El objetivo general de esta búsqueda es construir nuevas posibilidades de existencia a partir de estas comprensiones. Por supuesto es de esperar que estas nuevas posibilidades de existencia les permitan a los pacientes iniciar procesos de generatividad en medios vulnerables.

En el caso particular de Jim, nos encontramos con un joven que ha sobrevivido lo peor de un conflicto armado, la separación de sus padres en un momento crucial de su desarrollo y sufrimiento físico en forma de hambre y graves enfermedades que lo llevaron al borde de la muerte. Sin embargo, ahora se encuentra viviendo en la Inglaterra de la posguerra donde, a pesar que no le sobra el lujo, no pasa necesidades de ningún tipo e inclusive tiene sirvientes y choferes que constantemente lo atienden y protegen. Entender lo que sucede en su mente ahora, implica un proceso de resignificación de sus experiencias a través de un complejo mapeo de sus relaciones antes, durante y después de las experiencias traumáticas de la guerra. Para esto es necesario analizar sus relatos y descubrir en sus palabras las relaciones y significados que parecen estar ocultos a primera vista.

Los aviones y lo masculino

Nos ha llamado poderosamente la atención la casi total ausencia de figuras femeninas en los relatos de Jim. Además de su madre y dos mujeres que conoció en el campo de prisioneros, las mujeres parecen utilería de una historia ya contada. Mientras que a su madre refiere siempre su preocupación por el alejado afecto que le tiene, a  las mujeres del campo de concentración, la señora Blackburn y la señora Vincent, generalmente las recuerda en forma y tonos ambivalentes entre el afecto y el desprecio. Por el contrario las figuras masculinas llenan sus historias de afecto y protección. Comenzando con la figura del padre, quien, como hemos mencionado anteriormente, fue quien inculcó en el joven el amor por los aviones. A principios del siglo XX los aviones representan uno de los más grandes logros de la razón humana, el triunfo de la modernidad y el desarrollo de occidente. Para el padre de Jim, compartir con su hijo el hobbie del aeromodelismo podría representar simplemente una forma de pasar tiempo juntos, sin embargo para el muchacho los aviones comienzan poco a poco a compartir contenidos simbólicos con las figuras paternas y sus propias narrativas identitarias masculinas.

En las narraciones del joven, antes del inicio de la guerra, cuando tenía 11 años, los aviones son de juguete. Generalmente construidos de madera, pegamento y pintura, en la casa paterna. Son objetos que reflejan el pensamiento concreto, normal para esta edad. Sin embargo, a medida que el joven se va desarrollando los aviones de sus historias se convierten en grandes máquinas externas y alejadas de él. A este respecto no pudimos evitar encontrar un patrón, que nos llamó fuertemente la atención en su narración, una fuerte coincidencia que se repite numerosas veces: cada vez que el joven se encuentra en peligro aparecen uno o varios aviones. En los recuerdos de Jim, la mayoría de las veces que se encontró en peligro durante la guerra fue un bombardeo, o el ruido de los motores o la simple aparición de un avión en el horizonte, el evento que le dio la oportunidad de ponerse a salvo o escapar. Finalmente nos encontramos con que el avión pasa de ser una presencia real para convertirse en una presencia simbólica de en lo que Jim se ha convertido. Al mismo tiempo que la guerra va finalizando y las historias de Jim se tornan más dramáticas y sus experiencias más difíciles de afrontar para la psique en formación de un adolescente, su identificación con los aviones se vuelve más intensa. Se permite a sí mismo devenir avión, un objeto que es a la vez maravilla de la ciencia y arma, que transporta hombres al campo de batalla, afuera de él y finalmente hacia su propia destrucción. Hacia el final de la guerra podemos ver que Jim se ha convertido en un kamikaze, su cuerpo maltratado por los golpes y una severa desnutrición solamente encuentra reflejo en las carcasas abandonadas de los aviones derribados; su alma sueña, paralelamente, con la libertad que solamente el acto de imaginar su cuerpo transmutado en avión-arma-bomba puede darle. En este momento del desarrollo humano, hacia los 14 años, podemos apreciar cada vez más fuertemente el pensamiento abstracto en relación a los eventos del mundo que experimenta el menor. En el caso de Jim las relaciones simbólicas que establece con los aviones, los pilotos y finalmente con los kamikazes es un pensamiento abstracto que le ofrece una alternativa generativa para extraerse de su rol de víctima y escapar de las extremas condiciones psicológicas a las que un joven se ve sometido en un conflicto armado. A este respecto en varias ocasiones nos describió un sueño que rondaba su cabeza en los momentos más difíciles, en el que se imaginaba un futuro lejano donde “sería un piloto herido que caía entre los túmulos sepulcrales y las pagodas artilladas. Pedazos del paracaídas y del traje de aviador, quizá aun de su propio cuerpo, se dispersarían sobre los arrozales, alimentando a los prisioneros detrás de la alambrada y a los chinos que morían de hambre ante las puertas…” (p.177) Conforme el paso del tiempo Jim comenzó a sentir cada vez más empatía con los cuerpos de los aviones, podía encontrar similitudes constantes entre la chatarra abandonada y su propia decadencia. El joven recuerda largas caminatas “entre los aviones heridos, que parecían flotar sobre verdes bancos de ortigas” (p.253) aviones que fácilmente podía hacerlos volar de nuevo en su cabeza.

Igual que las personas, en los relatos de Jim los aviones tienen nacionalidades y personalidades, tiende a describir los aviones Mitsubishi A6M (Zero) como elegantes y sobrios; los Mustang americanos como “los Cadillac del combate aéreo” (p.168) emocionantes y modernos; los Spitfire y Heinkel ingleses siempre aparecen derribados y abatidos. En el proceso de construcción narrativa del devenir kamikaze, Jim se identificó primero con los aviones japoneses y posteriormente con la actitud ceremonial que el acto de inmolarse conllevaba para los japoneses. Jim percibe que la misión kamikaze implica una muerte que no es muerte, es una escena ceremonial en la que el cuerpo antes de morir se transforma en avión. En la mente del moribundo muchacho su cuerpo podía ser potencia, metal y destrucción al mismo tiempo. Podía así no visualizarse más como víctima. Finalmente Jim llegó a pensar que su cuerpo mágico, devenido avión y santificado por los fuegos de la bomba de Nagasaki, había adquirido el potencial protector de la máxima figura paterna. Llegó a pensar que sus manos tenían el poder de curar y traer de vuelta a los muertos, de salvar aquello que ya está perdido definitivamente. Podemos afirmar que Jim es un piloto kamikaze que busca desesperadamente estrellarse con la vida.

La resiliencia con Jim Graham

En la psicología la capacidad que tiene una persona para superar y adaptarse a circunstancias traumáticas y/o estresantes y más allá de eso, salir fortalecido de las mismas, es denominada resiliencia. Desde la perspectiva sistémica la resiliencia es considerada como un “conjunto de condiciones cambiantes con una historia pasada y un decurso futuro,” (Walsh, 2004, p.37) que tiene un modo de existencia ecológico. Esto quiere decir que esta no acontece solamente en el individuo sino que forma parte de un sistema que “toma en cuenta las numerosas esferas de influencia que obran sobre el riesgo y la resiliencia durante el periodo de vida de una persona.” (p.37) Es un sistema histórico abierto en constante cambio y en constante relación con otros sistemas similares.

Para nosotros resultó sorprendente que Jim fuese consciente de esto. El muchacho no conoce el lenguaje de la psicología y nunca había escuchado previamente la palabra resiliencia y sin embargo, de una manera intuitiva siempre ha entendido la necesidad de una actitud resiliente. Aunque la experiencia ha mostrado que generalmente “los niños resilientes buscan activamente la formación de redes de apoyo en su familia extensa y su comunidad” (p.39)  en el caso de Jim resulta sorprendente el carácter autorreflexivo de su actitud resiliente. Jim es consciente que los individuos, no importa su edad, historia o condición, construyen su identidad a partir de las voces significativas que reciben en su interior y el modo en el que él las entiende y acepta. Por ejemplo, en sus narraciones siempre recuerda que, durante su estancia en el campo de concentración, fue consciente de la importancia de “mantener vivo el recuerdo de sus padres, para seguir confiando en el futuro.” (p.186)

Dilema humano

A partir de lo trabajado en las pasadas siete sesiones hemos comprendido que el dilema humano de Jim reside justamente en su idea de que todas las habilidades y competencias que adquirió en el campo de concentración no le son útiles para vivir en el mundo externo a la guerra. Las dinámicas agenciadas a causa de la segunda guerra mundial, que para el resto de los habitantes del campo de concentración eran excepcionales, para él se habían convertido en normales. En varias ocasiones el paciente ha expresado su deseo de mantener estas condiciones ya que le proveían un marco de referencia habitual en el que se sentía capaz de sobrevivir y generar un futuro para sí mismo. Hacia el final del conflicto él recuerda haber pensado en varias ocasiones que: “Mientras hiciera recados para Basie y Demarest y Cohen, mientras fuera y viniera de las cocinas, trajera agua y jugara al ajedrez, Jim podía mantener la ilusión de que la guerra duraría eternamente.” (p.202) Esto impide que Jim se baje del avión y llegue a Inglaterra. Jim se sigue considerando el mismo Kamikaze que era en tiempos de guerra, pero no hay lugar para mártires en tiempos de paz. Este hecho se ve reflejado en un recuerdo que describe el paciente cuando habla de los últimos momentos antes de abandonar Shanghái, cuando estaba subiendo al barco y desde el muelle vio el ataúd tradicional de un niño que, de acuerdo a las tradiciones locales, flotaba cubierto de flores en la costa. Generalmente flotan durante varios días a merced de las corrientes oceánicas hasta que el cuerpo se hunde. Jim describe la visión de esta forma: “Bajo la proa del Arrawa el ataúd de un niño se movió en el agua nocturna. La estela de una barcaza de desembarco que traía a los americanos del crucero, desprendió del ataúd las flores de papel. Las flores formaron una ondulante guirnalda alrededor del ataúd cuando iniciaba el largo viaje hasta el estuario del Yangtsé, sólo para que la marea alta lo trajera de regreso a los muelles y los bancos de fango, impulsado una vez más a las costas de esa ciudad terrible”. (324) Jim piensa que es imposible dejar de ser ese niño que vuelve eternamente, a merced de las mareas, hasta las costas de Shanghái.

Propuesta interventiva para la octava sesión:

Para la siguiente sesión hemos definido la necesidad de invitar, además de Jim, a su madre. La idea es plantearle una ampliación en la perspectiva que tiene sobre su hijo. Queremos construir con ella miradas alternativas que le permita ver a su hijo como el adolescente que ahora es. Es necesario que la madre entienda que Jim es un muchacho de una madurez excepcional y que está acostumbrado a un mayor nivel de autonomía. Para esto vamos a resaltar aspectos importantes de la historia de vida de Jim durante la guerra, para así, lograr que la madre movilice las estructuras que la han anclado a atarse al niño de 11 años que perdió antes de la guerra.

Por otro lado en la misma sesión es necesario iniciar un proceso en el que podamos asistir a Jim en el proceso que hemos denominado “bajarse del avión”. Entendemos y aceptamos que todo lo que él ha concebido como su vida e identidad está en Shanghái, pero esto no determina que el final de este mundo, implica la no existencia de otros mundos para él. Todos los aprendizajes y experiencias, todas sus redes de relaciones y la narrativa identitaria que construyó durante la guerra deben sobrevivir al fin del contexto en el que se dieron. Queremos plantearle un proceso en el que él pueda sobrellevar la extinción del mundo que él consideraba normal a través de la resignifiación de todos estos aprendizajes en la búsqueda de otros sentidos y otros usos. Para esto es necesario expresarle que confiamos en la gran resiliencia que ha mostrado y que le será útil para efectuar la transición de kamikaze a piloto, pues ya no es necesario estrellarse contra la vida, sino recorrerla.

Autorreferencia

Para las corrientes contemporáneas de la psicología, destacar el punto comunicacional, es más que un ejercicio intelectual, por el contrario se trata de un proceso de gran relevancia que permite relativizar conceptos como normalidad o anormalidad, paciente o cliente y hasta enfermo y sano. Lo que la sociedad espera de la perspectiva en la que se posiciona un psicólogo frente a un paciente, como profesional de la salud listo para identificar patologías, organizar un cuidado y generar soluciones para la curación, en muchas ocasiones no se corresponde con las expectativas del paciente o sus familias. Se espera, por ejemplo, que casos como el de Jim sean identificados desde la categoría de diagnóstico “estrés post-traumático” y que sean reducidos a ser comprendidos como sujetos definidos por síntomas unívocos producto de la situación vivida. Analizar a Jim desde una perspectiva sistémica es parte de una apuesta que hemos decidido tomar, que implica valorar al paciente como un sujeto en continuo movimiento en relación con un complejo sistema de situaciones, narraciones y sujetos en las que transita en su desarrollo evolutivo. Cuando nos reconocemos como seres sistémicos nos damos la opción de trabajar con nuestros significados, acciones y dilemas humanos como el aspecto más relevante de la psicoterapia, encontrando, en la medida de lo posible, los futuros posibles que nos sean propios y satisfactorios.

Para comprender a Jim fue necesario sumergirnos en las ideas y obras de James Graham Ballard, entender la forma en la que articula su visión del mundo y las metáforas que ha utilizado transversalmente en su obra para deconstruir los cuerpos y estados mentales de sus personajes. Para la escritura de la presente viñeta nos fue necesario partir de sus palabras como una base y crear nuestras narrativas sobre las de él. Aunque físicamente nos fue imposible viajar a Cambridge en 1947 para entrevistar a Jim, establecimos una cercana relación con su psique, para así imaginar las palabras que tanto el fallecido escritor como el imaginado personaje podrían formar en caso de proponerles participar en nuestra investigación. En cada una de las narraciones que conforman a Jim habitan las voces del niño quimera, del famoso escritor del siglo XX, de una psicóloga de principios del siglo XXI y de un artista colombiano que está aprendiendo a articular sus ideas en palabras. Este es el proceso de investigación-creación al que nos hemos dedicado para dar cuenta, no solamente de la obra de Ballard, o el desarrollo de la mente en la adolescencia, sino nuestro lugar en el mundo como artistas e investigadores.

Muchas cosas se nos quedan sin nombrar de los recuentos de Jim, temas que simplemente no hemos tenido el tiempo para discutir: revistas, cigarrillos, personas, automóviles, los americanos, la pobreza en china y el rampante racismo que implican las ocupaciones coloniales, el machismo, la violencia y sobretodo los alarmantes paralelos de las experiencias de los niños en todos los conflictos armado alrededor del mundo.

Demanda para el equipo de supervisión

Como argumentamos al principio, las viñetas de caso son estrategias metodológicas para resumir un caso particular y presentarlo a un auditorio con el objetivo de encontrar otras miradas y opiniones respecto a los dilemas humanos del paciente. Nos presentamos hoy frente a esta mesa sobre Literatura infantil y cultura, en el Congreso de análisis textual, infancia y violencia, con el objetivo de recibir sus aportes para continuar construyendo conocimiento alrededor de estas problemáticas.

Esperamos, su participación activa, para conocer cómo podemos incluir en nuestras miradas los recursos que pueden tener los niños en momentos de crisis y guerra, y las formas en las que los adultos las hemos visto y narrado. Invitamos a la mesa a articularse en nuestro proceso de investigación-creación, de convertirse en una voz más de las que conforman a este niño excepcional.

De esta forma reconocer que  los niños actuales en Colombia, que viven la guerra, poseen también recursos para afrontar y superar situaciones de vulnerabilidad. Y analizar las situaciones que se pueden desencadenar si los adultos con los que interactúan comienzan a verlos y relacionarse con ellos a partir de este paradigma. De esta forma comenzarán ofrecerse a ellos oportunidades de convertir la vulnerabilidad en generatividad, pues desde la crisis se pueden generar transformaciones de kamikazes a pilotos.

Referencias:

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Ballard, J. G.  (2013) Empire of the Sun. Kindle edition.  Simon & Schuster: New york

Ballard, J. G. (1999) La exhibición de atrocidades. Minotauro: Barcelona.

Ballard, J. G. (2003) Rascacielos. Minotauro: Barcelona.

Ballard, J. G. (2008) Crash. Minotauro: Barcelona.

Ballard, J. G.  (2009) Miracles of Life: Shanghai to Shepperton, an Autobiography.  ISIS Large Print Books: Londres.

Delval J (2004) El desarrollo humano. Siglo XXI de España editores: Madrid

George F.H, (1973) The Brain as a computer, Pergamon Press: New York

Hoffman, L (1981) Fundamentos de la Terapia Familiar. Un marco conceptual para el cambio de sistemas. Fondo de Cultura Económica. México

Requena H, C. (2007) “La Creación Del Mundo Japonés Representaciones Mitológicas Y Literarias En Kojiki.” Revista de Estudios Literarios 37.

Walsh, F (2004). Resiliencia familiar: estrategias para su fortalecimiento. Amorrortu editores España SL: Buenos Aires

Watzlawick, P. (1981) Teoría de la comunicación humana, interacciones, patologías y paradojas. Herder: Barcelona

White, M y Epston D. (1993) Medios Narrativos para fines terapéuticos. Paidós Terapia Familiar. Barcelona

El sinsentido de los objetos en un mundo de cuerpos y teléfonos celulares.

(Texto presentado en el I Conversatorio: Performance, arte y vida en la UAEM (Morelos) )

Todos los pensamientos, los que a continuación serán expresados, provienen de una experiencia particular que a mi alma aconteció hace ya algunos años, a principios de otoño en una isla ubicada en el Océano Atlántico. Se puede decir que mi vida como productor de imágenes se divide en un antes y un después de esta experiencia; se puede decir que toda mi educación visual converge en este momento al que he dado de calificar usando el adjetivo anti-sublime.

La experiencia que les voy a narrar asesinó lo sublime y lo reemplazó por un doble, por un sublime malvado, por la antimateria de la que están hechas las pesadillas, por el fin de la modernidad. Viajando por esta nada tropical isla fui invitado a conocer el campús de una universidad antigua y prestigiosa, donde sostenían una exposición de grabados de J. M. W. Turner. El edificio donde se sostenía la muestra, construido en el siglo XVIII, se erige como prueba de la magnifica arquitectura y el poderío económico de esta isla a través de los siglos, su elegante estilo contrasta las soluciones habitacionales de la era Thatcher que rodean el campús. En su interior, en una sala de muros altos y columnas coronadas con unas suntuosas cúpulas, reposaban los grabados de Turner, dispuestos sobre unas mesas de luz y cubiertos con vidrios protectores.

Como podrán ustedes suponer, la experiencia de ver grabados de un gran maestro del siglo XIX no es nada del otro mundo, sobretodo porque las impresiones que estábamos viendo eran bastante recientes. Estas copias no me ofrecían más como espectador que aquellas que había visto previamente en el libro de Taschen, esas copias no eran originales. Pacientemente el encargado de la muestra, al percibir mi aburrimiento y el de mis compañeros, nos explicó que existen copias de la época almacenadas en el British Museum, pero que no están disponibles para el público, pues la luz las va a dañar. No obstante, nos aclaró el encargado, como una forma de validar la exposición había una pintura al oleo del autor, una de las famosas: Snow Storm: Hannibal and his Army Crossing the Alps, (Tormenta de nieve: Aníbal y su ejercito cruzando los Alpes) de 1812. Nos condujo al fondo hasta el fondo de la sala, hasta una gigantesca pared donde, orgulloso, se sostenía el lienzo para el deleite estético de todos aquellos que habían venido a verlo. Curiosamente para la mayoría de los presentes esta pintura les era tan indiferente como los grabados, y sus miradas vagaban por estas casi bicentenarias imágenes sin comprender realmente porque Turner era importante en su tiempo. El improvisado guía previamente nos había explicado que normalmente no iban artistas o conocedores de arte a este espacio cultural universitario, pues la universidad no tiene facultad de artes y en ese pequeño pueblo del sur no hay artistas. Turner, orgulloso e ignorado, exhibía sus mejores gestos a un público que no quería mirarlo y fue en ese momento en el que me di cuenta, que en el esquema cósmico de las cosas, en la existencia de nuestro universo, no tiene el menor sentido hacer arte.

Fue en ese momento que entendí que todo el arte es efímero, inclusive obras de arte hechas para desafiar este hecho, como la famosa obra del autor Danés Kristian von Hornslethdel titulada Deep Storage Proyect. La escultura, en forma de estrella, está hecha para almacenar ADN de 3000 humanos por un espacio de 100.000 años y está emplazada en lo más profundo de la Fosa de las Marianas ( a 10.000 metros de profundidad), con la esperanza de que sus potenciales espectadores la encuentren en un futuro muy lejano. Todos sabemos que en la historia de nuestro universo, de nuestra galaxia, la de nuestro sistema solar o inclusive la de nuestro planeta, 100.000 años es poco menos que un instante. Pues bien, ese día de otoño, en esa universidad ubicada en esa isla del Atlántico, en frente de esa famosa pintura de doscientos años de antigüedad, entendí que todo arte objetual es en si mismo intrascendente.

Al volver a mi pequeña república suramericana, retomé mis estudios de grabado e incidentalmente me topé con algunos textos de autores que han tratado de atrapar el tiempo donde las cosas existen. Aprendí que los objetos tienen una existencia propia en el tiempo independiente de la de sus creadores, que estos los cargan de energía y de sentido y los mandan a un mundo que los objetos mismos han creado; y también que esta energía se agota, que los objetos se extinguen, primero simbólicamente y físicamente al final. Aprendí que el problema de la reproductibilidad técnica no es una cuestión de ejemplos individuales sino de realidades sociales, que lo aurático es una construcción de sentido producto de un habitar un medio particular y no un contenido mágico que la mano del artista inspira en la materia. El arte objetual tradicional de occidente genera espectros anclados a la materia, espectros que día a día se desvanecen hasta desaparecer en el olvido. Y en todo esto, en este confluir de teorías y experiencias, descubrí que cada pincelada en una pintura de Turner ya era anticuada para el tiempo en el que finalizaba la obra, que cada serigrafía de Warhol ya era anticuada para el momento en el que la tinta se secaba, que cada tiburón de Damien Hirst ya es anticuado inclusive antes de que muera el tiburón. Descubrí, como muchos antes que yo, que la única forma de hacer un arte trascendente es entregar el gesto directamente al espectador, es decir performance. El performance es la única forma de fijar el gesto del artista a la mente del espectador se evitando las mediaciones, las de los objetos, las de los medios y porque no, las de los teléfonos celulares.

Nosotros, los humanos, experimentamos el mundo con nuestros sentidos en un tiempo muy humano, un tiempo determinado por nuestros ciclos. Desde el ciclo sanguíneo marcado por cada latido de nuestro corazón, pasando por el ciclo de sueño marcado por el sol y la luna, hasta el ciclo de la vida marcado por nuestro nacimiento y nuestra muerte. La imagen, como personaje de ficción en la obra de Wilde, o como figura psicoanalítica en la obra de Barthes, escapa a nuestro tiempo y mientras su materialidad muere en tiempos humanos, sobrevive eternamente en la dimensión propia de los símbolos olvidados. Esta es la principal lección del baile macabro que acabaría con la vida de Pollock. Para Pollock usando un gesto privado, en la protección del estudio, el artista puede sentirse satisfecho de garantizar la autonomía de la obra de si mismo, de entregarla al mundo de las imágenes, de hacer su sacrificio histórico. Pero una vez sus gestos son percibidos no como gestos pictóricos sino como gestos dancistícos, una vez su cuerpo es convertido en la obra, para el pintor todo pierde sentido. Para Pollock su cuerpo, consagrado a los dioses de la celebridad y los medios masivos de comunicación, se convierte en un sacrilegio; su cuerpo, así como el cuerpo de todos los artistas, es medio no fin. Una lección entregada al mundo en el cuerpo de Pollock y el de su oldsmobile, una lección aprendida tanto por Warhol y Koons, como por Gilbert & George, Marina Abramovic y todos los que han decidido hacer de su existencia una parte de la obra.

El performance habita un tiempo humano, osea un tiempo único e irrepetible cada vez que acontece, un tiempo del ritual, un tiempo inherente a la existencia humana. Cada vez que un performance inicia lo hace en su propio universo, crea su propio espacio y su propio tiempo; como los rituales, el performance separa a sus participantes y espectadores del tiempo cotidiano para transportarlos al tiempo del ritual. El tiempo de lo cotidiano, es el tiempo lineal, es aquel en el que envejecemos, es aquel que podemos contar con números, el tiempo del ritual es tiempo mágico, tiempo del eterno retorno, tiempo de las estaciones, de las cosechas, del latir del corazón. Ambos son tiempos humanos, tiempos que todos hemos experimentado, por el contrario, el tiempo de una pintura de Turner es tiempo de objetos, tiempo inhumano.

Es en los tiempos mágicos, como la fiesta, la comida o la asamblea, es donde nos abrimos a las otras personas, donde permitimos que nuestros tiempos lineales se doblen y se entrelacen hasta formar lo que los sociólogos llaman el “tejido de la sociedad”. Es en los tiempos mágicos donde podemos permitirnos el verdaderamente interactuar con nuestros conciudadanos, donde nos permitimos sentir sus ritmos y hacerlos nuestros. Es esta particularidad de la existencia temporal del ser humano en nuestro universo lo que los griegos entendieron con su teatro y lo que los primeros cristianos entendieron en sus comuniones. Sin embargo, y como Platón sabiamente lo advierte, la mera existencia del tiempo de magia representa un peligro para la existencia de cualquier régimen político que pretenda organizar autoritariamente las posiciones de sus ciudadanos. ¿Qué puede ser entonces más conveniente para una iglesia que quiere fijar las posiciones de sus fieles como ordenes sociales que eliminar el tiempo de magia y reemplazarlo por el tiempo de imágenes? Las iglesias occidentales se piensan a si mismas en tiempos de imagen y de arquitectura, no en tiempos de danza, de fiesta o de rito; por el contrario tienden a incorporar en el rito los tiempos de propios de la imagen. Las artes burguesas son herederas de esta tradición, e igual que la democracia liberal, aparecen y crecen en contraposición a los regímenes anteriores. Genéticamente las artes burguesas estaban destinadas a habitar el tiempo de los objetos primero y el tiempo de las máquinas después, es por esta razón que buscan recrear los lazos que las artes cristianas tenían con el templo y el aparato religioso.

Contrario a lo que se podría pensar, no es solamente el performance, pensado como accionar gestual y simbólico del artista, la única forma artística, validada por la academia y la sociedad, que se desarrolla y existe en tiempos humanos, osea que tiene un sentido. También vamos a encontrar en estos territorios a la danza, la oratoria, la poesía concreta, el teatro post-dramático, las artes electrónicas y la cátedra. Coincidencialmente son estas las formas que, o no gozan del reconocimiento como parte del arte o que, a pesar de tal reconocimiento, son despreciadas por las instituciones hegemónicas del arte. Aunque no podemos descartar la herencia platónica en esta discriminación, es evidente que las formas artísticas que existen en tiempos humanos no son acordes con la estructuración que le hemos dado a nuestra sociedad, es decir no son en si mismas productos. Toda la pintura, la escultura, el grabado, la fotografía, el collage, el objeto encontrado, la literatura y todas las formas artísticas que habitan el tiempo de los objetos y de las máquinas, se enlazaron primero al tiempo del proyecto moderno y posteriormente al proyecto cultural del capitalismo tardío.

La danza, el teatro y la música encontrarán en la modernidad la forma de fijar sus prácticas al tiempo de los objetos a través de estrategias modernas como el texto y la notación y posteriormente al tiempo del capitalismo tardío a través del registro maquínico de sus gestos. Hoy en día, todos podemos conocer tanto la obra de Merce Cunninham, de Martha Graham o de Beethoven como los rituales de las tribus de la Micronesia, congelados para siempre en tiempos de máquina, inmunes al paso del tiempo, eternos. Sin embargo, y como todos lo sabemos, la experiencia de asistir al teatro o de viajar a la Micronesia es radicalmente diferente de observar el registro de tales eventos en youtube. Hoy en día tenemos la opción de ver todo y no asistir a nada, de reducir cualquier evento humano a un espectáculo óptico. Lo que se pierde no está exclusivamente determinado por el punto de vista del camarógrafo o por la mediación de los aparatos, lo que se pierde está determinado, también, por la lejanía de nuestros cuerpos con el cuerpo del otro.

En el performance nuestros cuerpos experimentan una lejanía (o una cercanía intencional) con el cuerpo del performance, con el gesto del artista. Mas no os confundais queridos espectadores, de lo que os hablo no es una lejanía óptica, no es un asunto de puntos de vista, no es una lejanía medible u observable, traducible a textos o a registros audiovisuales. La experiencia de la lejanía, como Benjamin y Bergson lo sabían, es un asunto corporal. Experimentamos el performance con todo nuestro cuerpo, con cada terminación nerviosa y con la historia de cada una de estas; vivimos el performance como vivimos el mundo, con cada una de nuestras extremidades, de nuestras vísceras, de nuestras células.

Esta particular situación es la que nos permite postular que solamente el performance es arte trascendente y por consiguiente el único que realmente tiene un sentido propio. Contrario a la pintura y la escultura, que se proyectan en el tiempo siguiendo el mismo sentido que la iglesia; o las imágenes más modernas, como el collage y la fotografía que se proyectaban en el tiempo siguiendo el mismo sentido que la máquina y a más recientemente en el tiempo de Wallstreet, el performance se proyecta paralelo al tiempo sentido del gesto artístico mismo.

Un buen performance es aquel que nos permite proyectarnos, aunque sea por un segundo, en la dirección opuesta de las catedrales y los monumentos, de los museos y el mercado de los bienes simbólicos, de los medios y sus celebridades, y sobretodo de nuestros cuerpos sobrecodificados por una sociedad empantanada de imágenes. Esta dirección es el único sentido puro, el único sentido que tiene sentido. Y así es que podemos decir queun buen performance es el único evento contemporáneo que nos proyecta a un estado del alma que hace posible que olvidemos las arquitecturas, las imágenes, nuestros cuerposy hasta nuestros teléfonos celulares con sus pequeñas camaritas.

Random XY

Normalmente no me gusta discutir en mis blogs sobre trabajos que no me han gustado, pero creo que en este caso debo hacer una excepción  ya que de este trabajo podemos aprender mucho. Para los que no han ido a verlo, se encuentra en el Espacio de Proyectos El Parqueadero, ubicado en el Museo del Banco de la República, en Bogotá.  Los autores definen el trabajo como

«Una instalación multimedia interactiva que procura generar vida artificial través de medios digitales y técnicas computaciones. En ella, distintos sensores proveen de daros que funcionan como un sistema perceptivo; estos datos alimentan un ecosistema digital conformado por diferentes tipos de especias visuales y sonoras. La especias son productos de un desarrollo informática que simula comportamientos de organismos biológicos -celulares y genéticos.»

Lastimosamente debo decir, que nada de esto es completamente apreciable en la exposición. A primer impacto, la instalación de los sensores y las proyecciones llama mucho la atención a cualquier tipo de público, la apropiación del espacio por todos los elementos produce en el espectador una sensación de estarse enfrentando a un ser gigante, un monstruo de tecnología que puede devorarlo y que ya ha comenzado a devorar el espacio expositivo. En mi opinión lo mejor del trabajo es la parte instalativa y la adecuada relación con el espacio y la adecuación del mismo,  se aprecia una instalación bien lograda.

El problema general sucede cuando el espectador trata de relacionarse con la obra, algo apenas natural ya que en los textos que acompañan la obra se le describe como interactiva, pero aparentemente, nada sucede cuando interactuamos con la obra. No se produce ningún cambio en la imagen o el sonido cuando los espectadores se acercan a los sensores, ni cuando el espectador se aleja, en ningún momento. Un primer análisis nos permite plantear dos posibilidades: El sistema se desarrolla tan lentamente a partir del ambiente que resulta imperceptible para el espectador, o la obra completa es un fake (un engaño). Asumiendo que no es un fake, aunque no tengamos pruebas para confirmar esta tesis, el hecho de que la reacción del sistema a la presencia de los usuarios sea tan imperceptible simplemente nos obliga a problematizar el papel del espectador como constructor-ejecutor de la obra que se llama a si misma interactiva.

Trabajos como el de Golan Levin, quien crea estos gigantescos ojos en los techos de los museos, con el único propósito de que sigan el movimiento de los transeúntes que se acercan a la institución son un claro ejemplo de interactividad, tal vez los más claros que podamos encontrar. De una manera muy simple un museo que mira al espectador, que lo sigue y que lo entiende, una interactividad directa, rápida y efectiva (inclusive podría decirse que efectista), una interactividad clara, que no presenta sospechas, que no requiere de conocimientos en ciencia, biología o programación para entender. El caso absolutamente contrario es una obra que ofrece dicha interactividad, en la que los procesos se encuentran ocultos por el tiempo o por una complejidad extrema en los algoritmos que programan la vida digital. Este es el verdadero problema de Random XY, una interactividad que no se da al espectador, por el contrario que muy posiblemente sólo recibe.  A mi parecer, las artes electrónicas son doblemente crípticas para el espectador convencional, para el desprevenido que entra a la galería y que no tiene conocimiento de tecnología ni de arte. Palabras como «instalación», «vida artificial», «genética» y «sensores», son comúnmente usadas como tecnicismos para hacer mas fácil la vida de quienes trabajamos en este terreno, pero que en la vida cotidiana presentan diversos significados, en la mayoría de las ocasiones completamente diferentes. Aunque la relación entre el espectador y la obra no tiene porque ser prístina, puede darse a múltiples interpretaciones e inclusive puede pretender descubriese nueva para cada uno, la obra que se presenta a si misma como interactiva debería en un principio ser clara con el espectador ya que el se está prestando para servir de imput de la misma. Sin un espectador la obra interactiva no existe, no se activa, es como si nunca se hubiese creado, es simplemente un texto que no se ha completado.

Varias preguntas surgen al presenciar este trabajo, todas ellas sobre la naturaleza de los nuevos medios y del arte electrónico. ¿Debe presentarse abierto al público?  ¿Es suficiente una correcta instalación para justificar su presentación, o es necesario involucrar problemáticas mas terrenas para vincularla con un potencial espectador? ¿Qué hacer con este lenguaje técnico que parece sólo interesar a quienes trabajan con tecnología? Considero que cada día el público sabe más de tecnología y los artistas de nuevos medios nos las arreglamos para apartarlos mas de nuestros trabajos, de nuestras ideas y de nuestras obras.

 

Interactivos? 10 BH

Actualmente me encuentro como colaborador de Interactivos? 10 BH, en la ciudad de Belo Horizonte en el Brasil. Este evento consiste en la producción de 8 obras en nuevos medios en un espacio de 20 días.  Estoy como «colaborador» esto quiere decir que no voy a producir una obra mia, por el contrario voy a colaborar en la producción de las obras de otras personas. Esta es una oportunidad para aprender mucho sobre como funcionan muchas tecnologías y presenciar como se dan los procesos de creación en nuevos medios.

El primer día de interactivos los coordinadores del evento presentaron sus visiones y experiencias en estas prácticas. Particularmente me gustó el trabajo de Kike Mayorga, de Perú, quien actualmente coordina un espacio en Lima que se llama Escuelab (escuelab.org),  en este se desarrollan diferentes proyectos relacionados con la educación y los nuevos medios además de algunos desarrollos de artes interactivas.  Pronto espero hacer una revisión de otros trabajo en lo que ha participado.

Los 8 proyectos de Interactivos son:

3rd Person Me, de Victor Dias y Fernando Mendes. La idea general de este proyecto es poder mirarse constantemente. Es un experimento de virtualización de la realidad. Una camara que capta constantemente todo lo que aquel que la tiene puesta esta viendo. La señal ser transmite  para que los usuarios del proyecto puedan ver. Actualmente se encuentra en una etapa de desarrollo temprano y los autores se encuentran tratando de desarrollar el software para controlar la cámara. Una gran parte del discurso en el que se apoyan para la creación del proyecto es la realidad aumentada.

Simples Coisas Sonoras (simples cosas sonoras) de Filipe Calegario que busca transformar cosas que no son asociadas con la musica y la tecnología en instrumentos musicales, modificarlos usando arduinos y partes de viejos computadores y otros dispositivos electrónico para generar nuevos sonidos. Ya se tienen algunos prototipos de objetos, pero la idea es generar todos los instrumentos en el espacio de interactivos.

Transmissão de Som por Ruído Eletromagnético (transmisión de sonido por ruido electromagnetico)
Brayhan Hawryliszyn, Calebe Giaculi, Christiano Candian, Claudio Cunha, Luis Castilho, Marcos Saturnino, Pedro Retes, Rodrigo Borges. El ojetivo es transmitir señales de sonido utilizando objetos obsoletos y no convencionales, la señal se transmitirá por AM.

(SPAM) Sistema Publico de Auto Marcación de NerdBots: Camilo Martinez y Gabriel Zea. Una maquina de marcado automático que llamará a números telefónicos de Belo Horizonte para poner mensajes pre-grabados por los mismos usuarios. Cuando la persona conteste la maquina va a escoger aleatoriamente un mensaje para reproducirlo.  Se espera que los mensajes tengan relación con la vida cotidiana de las comunidades mas deprimidas de esta región de Brasil, la idea es entrar en contacto con la gente de estas comunidades e incentivar que llamen y graben sus mensajes. El colectivo nerdBots generalmente trabajan con software libre. http://nerdbots.info/

OES Open Energy Supply Fran Gallardo

Este proyecto está buscando fuentes de energía alternativas, fuera de lo común. La idea es poder generar máquinas que busquen pequeñas cantidades de energía, tan pequeñas que sólo se puedan alimentar a si mismas.

Object Oriented Therapy Center Geraldine Juárez y Magnus Eriksson, este es uno de los proyectos mas extraños de Interactivos,  consiste en tratar las maquinas dañadas (con una visión expandida de lo que esto significa) de acuerdo a algunos parámetros psicoanalíticos. El resultado final de cada intervención son pequeñas piezas escultóricas realizadas por terapeutas voluntarios.

Um Jardim para Epicuro (un jardin para epicuro) de Cinthia Mendonça

Es un proyecto que vincula mucha electrónica y jardinería. Un equipo interdisciplinar se encuentra creando un jardín en una gran caja de madera, que alberga seres vivos y sensores electrónicos. El espectador se encuentra con una serie de dispositivos sonoros y visuales que le permiten percibir el jardín de una manera diferente. Vale la pena decir que de toda la exposición este es el proyecto mas vistoso, que mas colaboradores ha reunido y que mas sudor le ha costado a sus realizadores.

Analogous Chat Machine de Francisco Pinzón

Este trabajo es bastante interesante por tratarse de un proyecto que vincula 0% electrónica. Consiste en dos maquinas de escribir, una en frente de la otra, de las cuales penden hilos de cada una de sus teclas (interconectadas). Cuando se pulsa una tecla en una maquina, el hilo transmite la fuerza al martillo de la letra en la otra máquina y de esta forma dos personas pueden «chatear» estando a dos metros de distancia. Cabe resaltar que visualmente el resultado es muy interesante.

Object Oriented Therapy Center

Ursonography

Ursonography es un trabajo de 2005 realizado por Jaap Blonk (poeta alemán) y Golan Levin (artista de nuevos medios norteamericano). Consiste en una interpretación de Ursonate la obra maestra de la poesía concreta compuesta por el pintor alemán Kurt Schwitters en la década de 1930. En este tipo de  obras el discurso (o la palabra) se reduce a sus componentes más abstractos y musicales.

ursonography
ursonography

La obra en un principio parece ser un conjunto de ruidos al azar producidos por el interprete y letras que aparecen de manera aleatoria en la proyección de vídeo, pero conforme van pasando los minutos el espectador va descubriendo el sentido de lo que esta pasando en el escenario y en la pantalla.

Blonk ha interpretado en muchas ocasiones esta obra, frente a muchos auditorios y de diferentes formas, en su asociación con Golan Levin han desarrollado una nueva forma de interactuar con la interpretación tradicional a través de «subtítulos inteligentes» que se generan al mismo tiempo que el interprete va generando los sonidos.  Los subtítulos se producen a partir de un programa de reconocimiento de voz, que transforma la interpretación de Blonk en las letras y «palabras» que se reparten en la pantalla. Para conseguir esto Levin desarrolló un software que  utiliza el tono y el ritmo de la voz del interprete para generar una amplia gama de transformaciones dinámicas en la composición de los subtítulos, su tamaño e inclusive la forma en la que estos aparecen y desaparecen de la pantalla. La idea es agregar un nuevo interprete a la obra, uno que se apropia de la interpretación anterior para generar nuevas imágenes.

Es un trabajo similar a yooouuutuuube.com (2009) de David Kraftsow, en el que una  parte del proceso de creación del vídeo es realizado de manera autónoma por una aplicación de JAVA. Solamente requiere que el espectador provea un  «input» (una entrada de datos) y de esta forma a partir de parámetros preestablecidos produce la mezcla en pantalla. La aplicación es tan interactiva que inclusive a medida que va presentando el vídeo nuevo permite la inclusión de nuevos parámetros o la generación automática de estos usando el puntero del mouse como un Imput adicional. Al final de cuentas el computador (software y hardware) y el espectador de videos en la red  se convierten en un interprete más del guión de la obra original. Una cosa extra de yooouuutuuube.com es que funciona con los videos de youtube y el espectador puede acceder a estos desde el navegador web y cada video genera composiciones diferentes y el usuario es libre de interactuar con estas y modificarlas.

Comparando Ursonography con yoouuutuuube.com podemos encontrar que en ambos trabajos hay una programación de parámetros previa que va a interactuar con las acciones y decisiones de interpretes y espectadores humanos, una situación que siempre va a permitir construcciones diferentes.

Ursonography, y de igual manera todo el trabajo de Golan Levin,  problematiza  principalmente la máquina y los códigos como parte del proceso de creación, como sujetos de la creación y no solamente como herramientas. Reconoce que en la interacción de humanos y máquinas existen en potencia millones de posibilidades aleatorias para el desarrollo de una composición y a su vez reconoce en esta imagen nueva la figura del autor como un coordinador que dispone todos los sujetos y elementos para que la obra se produzca de acuerdo a un plan preestablecido.

Ursonography

Vinculos:

http://yooouuutuuube.com/

http://www.flong.com/projects/ursonography/